XXX. Supuestos rituales

Sólo persiste registro de tres abrazos. A cada uno le corresponden coordenadas bastante precisas. Se puede hablar de una sucesión temporal dado que los individuos involucrados han sido siempre los mismos.
En la primera ocasión (-31°38'21.1095", -060°40'27.8427") ambos tenían la cabeza gacha y actuaban, respectivamente, una jocosa ofensa y perdón. Ella vestía un mono corto negro hasta la mitad de los muslos y una usual sonrisa de satisfacción. De él nada se retiene en los registros. El abrazo en sí fue algo incómodo por lo primo, el contacto apenas duró unos segundos.
Para la segunda vez (-31°38'08.2109", -060°42'13.2560") las emociones no eran fingidas. Ella vestía ira y él calma, calma que enhorabuena supo contagiar. Según los datos que hoy se conservan la efusividad fue tal que él simultáneamente la abrazó, alzó y trasladó seis pies al caminar. Su vestido tenía un blanco predominante con un estampe negro que hacía referencia al arte pop. Del lucir de él nada se mantuvo en la documentación.
La tercera oportunidad (-31°39'46.0933", -060°46'12.7622") es la última verificable, y la única bajo techo de la que se tiene información. Una vez más con un vestido, en este caso floreado, ella estuvo tan dispuesta como él a efectuar el acto de abrazar. Sin mayores motivos no fingidos ni reales, se abrazaron por largos segundos. Cuesta para este historiador discernir si la significación fue mayor o menor a la del resto. En todo caso los registros son selectivos.

Nota: limitada es la información respecto a los verídicos abrazos que han tenido lugar dentro de la especie humana, aunque la mayoría de los estudiosos coinciden en que no era un ritual exclusivo de los dos citados individuos.

Glosario:

A
Abrazo: rito mediante el cual un ser humano se envolvía con otro enlazando de una a cuatro extremidades en torno al cuerpo ajeno involucrado como muestra de afecto y con el fin de crear contacto entre las cajas torácicas de modo que los latidos sanguíneos se sincronicen.